Administradores de la creación de Dios

Somos bendecidos aquí en Minnesota con abundantes recursos naturales - lagos, ríos, bosques y tierras de cultivo que Dios nos ha dado y nos pide que cuidemos.

Papa Francisco

En su nueva encíclica, "Laudato Si", el Papa Francisco nos recuerda que debemos ser buenos administradores de estos dones. El cuidado apropiado de la creación de Dios es un valor bíblico importante que otros papas, incluyendo a San Juan Pablo II y Benedicto XVI, han enfatizado.
También es parte de nuestra tradición rural aquí en la Diócesis de St. En su reflexión pastoral de 1995 "Agricultura con rostro humano", el difunto obispo George Speltz escribió que cada generación está llamada "no sólo a cosechar los frutos de la tierra, sino a cuidarla, a vivir en armonía con ella y a compartir su riqueza con todo el pueblo, incluso, según la tradición indígena americana, con la"séptima generación".

Aldea de Newtok

Pero muchas veces fallamos como individuos y como sociedad en ser buenos administradores de la creación de Dios, y a veces una compleja combinación de factores conduce a desafíos ambientales que exigen una atención seria e inmediata. Uno de estos desafíos que el Papa Francisco identifica es el cambio climático: La mejor evidencia científica que tenemos indica que sí está ocurriendo, y que sus efectos se están sintiendo de diversas maneras en todo el mundo, especialmente entre los pobres.
Vi el impacto del cambio climático de primera mano cuando era obispo de Fairbanks, Alaska. En la pequeña aldea de Newtok, hogar del pueblo nativo Yup'ik, el cambio climático ha provocado una disminución de la capa de hielo invernal, lo que está causando la erosión de los ríos que amenaza la supervivencia de la aldea. La gente, que ha vivido allí durante incontables generaciones, debe ahora trasladarse.

La luz de la amenaza

Aunque los científicos pueden continuar debatiendo las razones subyacentes del cambio climático, sería imprudente para nosotros, como Iglesia, no actuar en este asunto a la luz de la amenaza que representa para las poblaciones pobres y vulnerables de todo el mundo y para las generaciones futuras.
El cuidado responsable de la creación de Dios es, en última instancia, una cuestión moral, arraigada en la preocupación de la Iglesia por la vida y la dignidad humana y el bien común. En su carta, el Papa Francisco habla de los problemas del consumo excesivo, del despilfarro y de nuestra cultura desechable, que no reconoce el valor de los dones materiales de Dios ni el don de la persona humana.

Nuestra Iglesia

Una sociedad que ignora a los pobres y a los inmigrantes, que permite el aborto, el suicidio asistido y otros ataques a la vida humana, no entiende cómo la ecología natural de nuestro mundo está vinculada a la ecología humana. En otras palabras, cómo nos tratamos unos a otros es una indicación de cómo tratamos al mundo natural.
Nuestra comprensión católica de esta conexión - guiada por la enseñanza de nuestra Iglesia sobre la vida humana, la solidaridad y el bien común - aporta una perspectiva muy necesaria a la conversación sobre el cuidado de la tierra.

construcción de una cultura

La construcción de una cultura de la administración no se limita a las políticas que los gobiernos adoptan a nivel nacional e internacional, por muy importantes y necesarias que sean. También se trata de nosotros - lo que tú y yo hacemos ahora mismo en nuestras vidas para ser mejores administradores de la creación de Dios, una creación que incluye a cada uno de nosotros como un reflejo de la imagen y semejanza de Dios.
Debemos resistir la cultura de lo desechable. Debemos ser mejores administradores de nuestros recursos naturales y más fuertes promotores de una cultura de la vida. Y, debemos llevar nuestras perspectivas católicas a la plaza pública, siempre articulando nuestros puntos de vista con amor y civilidad. Ahora es el momento de actuar y trabajar juntos en nombre de una cultura de mayordomía para la creación de Dios - por nuestro bien, y por el bien de nuestros hijos, nietos y generaciones futuras.

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